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martes, 10 de septiembre de 2013

LIBRO : MABUELA. AÑO 2013.


Mabuela


  


FRANCISCO PÉREZ REYES
2013







PROLOGO

Mabuela desde la mirada del nieto o la presentación de la memoria.

 La escritura es un ejercicio grato en la medida que quien escribe disfruta de ella, la escritura asumida por obligación no pasa de ser un trámite que por lo general no desencadena ninguna pasión. Asumir la escritura desde la crónica relatando los hechos sin pasión suele tener un tufito a telaraña, por lo contrario, quien escriba la crónica asumiendo la aventura de incorporar su corazón obliga al lector a avocarse e interesarse por lo relatado.


Cuando leí este texto no pude quitar los ojos de cada imagen traducida en cada letra y cada oración, la curiosidad y animosidad del niño que fue Francisco Pérez y como va contando los gratos y los difíciles momentos por medio de su abuela nos traducen una edad que no acaba nunca: los años de la ingenuidad. Lo ingenuo que en el fondo somos todos. Esa ingenuidad hermosa, que nos hace disfrutar de la cotidianidad como hecho extraordinario, donde cada día se sumerge en los aromas de los fogones, en las manos de una abuela que se mueve sin apuro bendiciendo a sus nietos. Una ingenuidad que nos habla de La Vela de ayer,        ¿Dónde está la memoria de los abuelos?, esa forma de contar nuestra manera de ser colocando una silla al frente de la casa en la que los muchachos escuchaban los relatos con una atención envidiable,  ¿ Qué nos está haciendo perder esa memoria, esos cuentos, ese sabor?. “Mabuela” no es la abuela de Francisco, es la abuela de todos, una abuela que en sí misma es la resonancia de sus ancestros, que es a su vez la representación de una cosmogonía y un ser palpitante que se resume en cariño.


Lo bueno e interesante de este texto radica en la riqueza de vivencias que posee, asunto en el que nos envuelve gratamente el autor con una descripción sin andamiajes artificiosos ni rebusques, lo cual lo hace un texto inteligente. Francisco ha puesto en pocas palabras y pocas páginas toda una riqueza cultural, no solo ubicándonos en La Vela y su familia, sino también en la palabra que nos señala objetos, costumbres, momentos que son importantes recordar, de lo contrario, la memoria de los abuelos nos abandonaría por completo. Solos entonces a merced de la cosificación y de una posmodernidad elucubrada en el mercantilismo, nos iremos olvidando de quienes somos en realidad. Cada día un modismo nuevo invade el mercado derribando al anterior y este a su vez será igualmente derruido en poco tiempo, un nuevo modelo de celular de hoy será un aparato ridículo en un año, una manera de vestir hoy a todo “look” será en menos de dos años un asunto de anticuarios. Lo único que realmente nos hace diferente es quienes en el fondo somos, he ahí la tremenda contribución de Francisco Pérez, quien haciendo uso de una palabra amena nos va llevando de la mano de “Mabuela” por un ritmo en el que el tiempo es el mejor testigo de esa memoria, “Mabuela” es esa memoria, no la dejemos ir, recordemos sus budares y sus arepas redondas, en el incandescente tizón del fogón de barro, es la tibieza de una mano que es el remedio para los dolores, cuando creíamos que los ungüentos que nos untaban cuando niños era el remedio, no percibíamos que eran las manos de esas abuelas las que curaban.

Qué bueno que Francisco haya escrito para todos estas memorias con su abuela. Invito a leer con grata disposición este pequeño libro, invito a los maestros, padres, madres, abuelas a leerles a los más pequeños estos relatos, no dejemos ir a las abuelas de ayer, sus remedios, sus afectos, sus palabras.
 
                    
            Críspulo Chávez





INDICE



              PROLOGO……………………………………………….
              INTRODUCCIÓN……………………………………….     9
              LA CASA DE MABUELA……………………………..   13
              MABUELA EN LA COCINA………………………….  17
              LA MISTERIOSA MABUELA……………………….   22
              MABUELA HIERBATERA…………………………….  26
              EL CASTIGO DE MABUELA…………………………..28
              MABUELA Y SUS NIETOS……………………………..29
              EXPRESIONES DE MABUELA………………………..32




INTRODUCCIÓN

Hablar de “Mabuela” no es tratar de decir que Eusebia era la única abuela extraordinaria que existía en mis años de infancia, todas las abuelas lo fueron y lo seguirán siendo. Sólo que con este relato trato de plasmar la historia o el cuento  de tantas cosas,  hechos cotidianos, escenas de una vida rural que todavía se vivía en las barriadas de  La Vela de los años 70, donde la producción masiva de artefactos y maquinas producían modificaciones en las comunidades generándose una lucha constante por no perder  la memoria de los pueblos.
    
Aquí detallo la casa vieja ya desaparecida de la abuela, que representa uno de tantos hogares de la época que albergaron a gentes que iban dándoles formas y sentido a lo cotidiano.
   
Mi intención ha sido salir de la lectura rutinaria de personajes distinguidos   de una localidad basándose solamente en el principio básico de haber vivido en el centro del poblado y ocupado cargos importantes. 

El producir memoria escrita y audiovisual  de oralidad, gestualidad, mímica y vivencial, sobre el  entorno donde vives, es unas de las maneras que las comunidades adquieran conciencia del valor afectivo e histórico del mismo.

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La identidad local es la sumatoria de familias y sus interrelaciones en el tiempo y su ámbito local.

Un ejemplo claro son los  objetos que hoy día, los hay muy poco o simplemente no existen, objetos que por sí solos  hablan de la historia de este pueblo que todos queremos; muy poco se ha escrito de él y hay tantas personas longevas con muchas historias que contar. Solo nos queda escuchar y anotar lo que en un momento fue importante para nosotros y revisar lo que hoy debería ser relevante como aspecto costumbrista, tradicional o cotidiano.

 Borremos el sentido que le damos a lo “Cotidiano”, como algo sencillo y hasta sin valor, es todo lo contrario, la cotidianidad encierra una lucha constante entre lo tradicional y lo moderno, nos dice mucho de la influencia  del gobierno de turno o de  la empresa privada y nos dice cuanta influencia  hemos tenido en  el contacto con países cercanos.                                                                                               
                                                                                                                                                              
Nosotros somos hijos del ayer, lo  grita nuestra fisonomía, lo dice nuestra lengua y lo reflejan  nuestras creencias. ¿Quién de ustedes no ha retrocedido cuando al abrir la puerta del frente de su casa esta alguna bolsita con polvo o cosas de colores? Y al nacer su bebe, casi al mismo momento le están colocando una protección para el mal de ojo o aquella persona que en plena conversación hace un gesto o dice alguna palabra que para las demás personas le es extraña.
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                En algunos hogares  han desaparecido las repisas de santos, pero no dejamos de sentirnos protegidos  con alguna estampita de algún santo en las carteras, o  un collar con la imagen de Cristo crucificado o la virgen de su devoción  en el cuello o en las orejas. Lo cierto es que sin pensarlo nos negamos a olvidar nuestras raíces, costumbres y creencias.

                Las casas de ahora,  tendrán colores pasteles, serán mas iluminadas  y tendrán fachadas modernas, pero nunca tendrá el encanto del sonido de una arepa recién salida del fogón, o el  olor del café temprano en la mañanita o la bendición y la oración de una viejita que sufre y llora por usted. De manera pues, que “Mabuela” es expresión de pueblo, - lo que para Alí Primera sería: Mama Pancha, - que vive en nosotros y que nuestros hijos necesitan conocer, para así  entender la complicada palabra: “folclore”.




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LA CASA DE MABUELA.

      Hablar de la casa de “Mabuela” es recordar una casa muy humilde, totalmente de bahareque, tanto las  paredes como el  techo. Tenía  apenas dos cuartos, una cocina, la sala, un gran patio y  una empalizá donde estaban las matas y la letrina.  Casi todas las casas de la barriada  eran parecidas, solo que no tenían ese gran patio como la casa de “Mabuela”, así entre  la cocina y el patio eran los lugares preferidos tanto de  la familia,  como de los vecinos. El patio era totalmente de tierra, pero siempre lucía limpiecito y sin una basurita. Todo eso era gracias a una escoba de palma y una botella de agua con kerosene que nunca faltaba. _ Barrer era lo primero que hacía la vieja antes que despertaran sus muchachos.

    Cuando había que reparar alguna pared, Mabuela y Buelo (Abuelo Tulio), hacían un gran círculo con una escardilla excavando hasta unos 30 o 40 centímetros  y echaban agua. Luego regaban cagajón de burro,  hierva coneja picada en pequeños trozos y bastante cal, para después batir  hasta hacer un barro pegajoso que podía durar varios días antes de utilizarlo; para después, con la misma mano untar a la pared.
    
    Un día, “Mabuela” metió un burro en el círculo de barro y le pegaba con un pedazo de cardón para que el burro levantara las patas y  ayudara a batir el barro.
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      El modernismo ha cambiado mucho el interior de las casas, inclusive hasta las más humildes, por ejemplo: En la cocina: El  onoto ya viene en papeletas, en las nuestras   teníamos una piedra de moler los granos de onoto sostenido por tres palos cruzados. El molino para el  maíz, que hacía la función de la actual licuadora. Ejerciendo  doble función estaba el aguamanil; que filtraba el agua y la enfriaba, un pedazo de piedra que servía para amolar cuchillos y machetes, tres tópias o piedras para colocar la olla del sancocho. Había cucharas de metal, sin embargo, el remillón era de tapara con un palo. Teníamos platos y tazas de peltre, las  ollas se lavaban con jabón y  arena para quitarle el quemado por dentro. En los cuartos: Las bacinillas para no salir en la madrugada a orinar afuera, había una repisa de santo donde estaba el Doctor José Gregorio, San Marco de León, San Miguel Arcángel y La virgen de Guadalupe, tabaco, velas y un rosario. Por baños: Las  Letrinas, que tenia un agujero en el suelo, mas un mecate para sostenerse cuando se estaba defecando y  varias tuzas por si no había papel.  Las bateas una pequeña de madera  que servía para amasar y la grande para lavar ropa, ésta   era de cemento, con un hueco que se tapaba con una tuza y un pedazo de tela. En la Sala: Un radio  de madera con dos grandes botones y varias teclas como un piano para cambiar de frecuencia, teníamos un televisor en blanco y negro de última generación: Phillips. Las sillas eran de guaparo con el fondo de cuero de chivo.


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Por cerraduras: Unas  trancas para las puertas, los tobos eran latas de aceite Diana. Para planchar la ropa, unas planchas de metal de diferentes tamaños. En el solar: Un corral de gallinas, unos cochinos y un perro.

      Con respecto al agua potable, en este sector vivíamos una  etapa de transición, ya que el agua   lo  recibíamos del manantial de TOMODORE, a través  de unas tuberías que salían de Caja de Agua hasta diferentes sectores de la población a sitios que llamábamos “LAS PILITAS”  y también se contaba en algunos sectores con el servicio de agua ofrecido por el embalse  EL ISIRO. Las pilitas que recuerdo: Una ubicada cerca de la bodega de la Señora Marta. (En la actualidad, al lado de la casa de Jesús Cabrera). Y la otra detrás  de la casa de Tomas Vargas ( Totico).
   
      El servicio de luz, aunque ya gozábamos de radios y televisores, todavía contábamos con lámparas de kerosene. Muy común era en nuestras bodegas, la pipa llenas de kerosene para su  venta en litros. A  0,25 (Un medio), el litro. También se vendía las mechas para las lámparas y cocinas de kerosene.

      En  toda la casa, las alcayatas, para colgar los chinchorros cuando llegaban primos, nietos y sobrinos.

     

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 Algo curioso también recuerdo de la casita, dos huecos en la pared: uno era utilizado para la hoja de tabaco de mi abuelo Tulio y  el otro  para guardar lochas, medios, reales y centavos.


  

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MABUELA  EN LA COCINA.


     La cocina de Mabuela era igual a todas las cocinas de la barrida, era oscura  ya que en una cocina cuya habitación era de bahareque,  los colores que imperaban  eran el negro y el gris. Si, así era,  recuerdo que tenía una sola ventanita y un orificio y  que para ventilar…pero, yo veía que en vez de entrar aire solamente salía mucho  humo.

     Sostenido por un gran madero, como si fuera un mástil de barco, lucía el techo un color gris, debido al humo reinante en la habitación. Un madero de menor tamaño junto al madero grande tenía un molino que todos nosotros, sus nietos, usábamos para ganarnos la arepa del día. Ese era el lugar de la casa donde me gustaba estar, cerca de ese  hermoso fogón.

     Todas las mañanas uno a uno nos acercábamos; primero para recibir su bendición y después para disfrutar de un pedazo de arepa con GUARAPO, otros preferían el café negro.

  

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EL FOGÓN

     Ese fogón de “Mabuela” tiene historias, recuerdo que siempre me preguntaba: ¿Por qué Mabuela  tenía los senos sucios de carbón?,…. Hasta que un día, llegó la respuesta: Fue una mañana, la encontré haciendo las arepas y cuando le estaba dando vueltas en el BUDARE; pedacitos  de la concha de la arepa destellaban un color rojo intenso, Mabuela gritaba: - ¡cobre, cobre!-,  mientras frotaba sus manos rápidamente sobre el budare y se los pasaba por sus senos.

     Una Vez,  estaba haciendo el café y agarró un trozo de panela, -que nunca faltaba en su cocina- y lo colocó en una olla, al rato entro a la cocina y le pido la bendición, respondiéndome un poco alterada: _Dios me lo bendiga MIJO, venga acá, vea: ¿Qué es lo que le pasa a este PAPELÓN, que no termina de ponerse aguao?-. Respondí: - A ver Mabuela- , miré la olla y observé que por papelón,  le había puesto  un pedazo de ladrillo del  fogón a la olla.

      Tenía una gran PAILA donde hacía conservas de plátano y un mesón donde extendía la conserva para después cortarla en trozos pequeños. Nosotros siempre nos  metíamos debajo de la mesa para agarrar la conserva que salía entre las uniones de la madera. Y entre telas  de arañas y algunas chiripas, disfrutábamos de la conserva de “Mabuela”.

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Cuando nos corrían de la cocina, por la ventana,  con un palo largo agarrábamos la conserva aun hirviendo de la paila  para comer; “Mabuela” cuando nos veía decía con sabrosura: _¡Estos muchachos e mierda ¡.....
 
     Recuerdo que Tío Julio tenía un carro de los años 60, un día salió a parrandear y en horas de la tarde regresó a casa; siempre acostumbraba entrar por detrás de la cocina para estacionar el carro en el patio, solo que por estar  muy tomado se llevó la pared de la cocina, Mabuela estaba sentada frente a la puerta fumando tabaco, cuando observó que todo estaba rodando, grito preguntando: ¿Qué vaina es esta? Y tío le respondió: ¡Mama dame café que estoy muy rascao!


LAS COMIDAS

      Muchas de las comidas que recuerdo de la cocina de “Mabuela”, no  las veo en nuestra cocina popular, inclusive en exposiciones escolares y muestras turísticas.  Podemos citar:

     LECHE CON AREPA: En un plato de peltre nos desbarataban una arepa y nos  echaban leche de vaca, (que compraban al señor lechero todos los miércoles) y un poquito de sal.

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     AREPA CON CEBOLLA, TOMATE Y UN POQUITO DE ACEITE: sofreían la cebolla y el  tomate en el aceite y le colocaban una pizca de sal.

     LAS SEMILLAS DE LA AUYAMA: Ponen  a secar en el techo, las semillas de  la auyama, luego la tostaban en el budare y la maceraban  en la piedra de moler onoto. Quedaba un polvo que lo colocaban dentro de la arepa y comíamos.

     EL RÍPIO: Todo lo que se fritaba en la paila, sobre todo el marrano, dejaba unos pedacitos de carne o cuero que se asentaban en el fondo. Muchos de nosotros peleábamos para comer ese ripio con arepa.



     En estos tiempos, para darle de comer a los hijos, tienes que gastar mucho dinero. En tiempos de “Mabuela” bastaba una auyana con queso, un plátano con queso, un plato con  mazamorra,  yuca con mantequilla, pan con cambur o simplemente café con un pedazo de arepa.

     Teníamos comidas exóticas y  exquisitas, como: Guisado de Iguana, Huevas de Iguana, Conejo, Sopa de Rabipelao´, Torcazas, Guacoas. Las más comunes: Marrano, Gallina, Sangre  de chivo, Sopa de Bagre.

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     Al alejarse el monte por la desforestación para construcciones de casas; muchas de estas comidas fueron desapareciendo en el sector: TUMBA CUATRO.



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LA MISTERIOSA  MABUELA


       Hay personas que en el momento de su nacimiento, llegan a este mundo con un manto sobre su rostro. Las personas llaman a este momento curioso: “Nació mantillado”. Dicen que  no es mas que un pedazo de placenta que los médicos retiran del  rostro del recién nacido. Pero a este hecho le atribuyen poderes como: presentir cuando una persona va a morir,  ver a los muertos o ánimas, saber cuando una persona esta embrujada, poder ver los seretones o duendes, Los lúcios, entre otros. “Mabuela” nació así, con ese don,  algunas veces la escuchaba quejarse por las molestias que le causaban los difuntos. Habían días que se le olvidaba encender unas velas en su “REPISA DE SANTOS”, -sobre todo los días lunes-, sintiéndose intranquila y sin poder dormir, era que las ánimas le reclamaban que encendieran las velas de la repisa.

      Sorprendente fue el caso de los cambures; “Mabuela” estaba enferma había tenido una rabieta y como sufría de epilepsia, le repitió el ataque varias veces, estaba soñolienta cuando llegó un primo y le dijo: - “Mabuela”, el vecino preguntó por su salud y le dejó este racimo de cambures.  Respondió la vieja: -Guíndelo detrás de la puerta y tápelo con un trapo y ni se le ocurra comer de ese racimo. -Al día siguiente,  notaron que había una gusanera en el piso, cuando quitan la tela que cubría los cambures  estaban llenos de gusanos. 
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      Fumar tabaco era su pasión, era casi un ritual, chupaba fuertemente y observaba  con detenimiento las cenizas que aún se sostenían en el tabaco, todo eso lo hacía sentada en una silla, bajo una tranquilidad y evidente concentración. De vez en cuando hablaba con el tabaco.

     Una vez me comentó que un seretón se llevó  una niña a una cueva, tuvo que viajar a la población de ACURIGUA y fue  montaña adentro, en un sector llamado: El Candado. Unas de las condiciones era que tenía que ser su madrina, de lo contrario no encontraría a la niña. “Mabuela” me contó que llegó a una cueva grandísima  donde se amarro con un mecate para no perderse dentro de la cueva, mientras caminaba ,rezaba varias oraciones hasta que encontró llorando a la niña en lo profundo de la cueva. 

Muchas veces la escuché decir: -fulanito no pasa de mañana; anoche lo vi pasar cerca de la puerta del frente y no le vi los pies….., Una de mis hermanas también ha experimentado esas visiones……

     Cuando  pequeño, veía a “Mabuela” orinar en la vasinilla y me sorprendía cuando observaba el orine; veía que orinaba palitos y pedacitos de papel, me fui acostumbrando a verlo hasta poder saber la razón del hecho: era que “Mabuela” fumaba el  tabaco antes de acostarse y tiraba los palos de fósforos y las cenizas en la vasinilla.

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      Me contó, que una vez, cuando joven salió con un grupo de muchachas a caminar bien temprano en la mañana, solo que no se percataron de la hora, todavía era de madrugada, se dirigieron a la zona del redondel (Plaza León Colina), cuando notaron la presencia de muchas personas que también caminaban, solo que en dirección contraria, cuando preguntaron si estaban ejercitándose, nadie respondió, solo reinaba un silencio que erizaba los pelos, eran ánimas que deambulaban por esos lados.

      En la casa había una mata de Limón que tenía unos clavos cruzados en el tronco, “Mabuela” decía: - “Esto es para que para”-, pero si la mata no daba los limones, le propinaba una paliza con una chancla vieja (cotiza), mientras la insultaba y le reclamaba por los limones. Lo sorprendente es que transcurridas varias semanas, la mata echaba unos hermosos y jugosos  limones.

     Muchas fueron las Abuelas que recuerdo de ese sector TUMBA CUATRO, como Concha López, Celia Camoy , Ana Cachete y  Eusebia. Todas ellas al salir a la calle, escuchaban de cada esquina: “Bendición”,  la razón, es que ellas  también “echaban agua”,  muchas de las familias consideraban más importante la echadura de agua que el bautizo.



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      Un Día, “Mabuela” sale a la “Echadura de agua” de una niña llamada: Wendy Miroslava; cuando comienza el ritual dice: ¿Wendy me lo lava, quiere ser cristiana? y los familiares de la niña corrigen: -Eusebia es Miroslava-, repitiendo “Mabuela” la expresión:- ¿Wendy me lo lava, quiere ser cristiana?, respondiendo todos: si quiere ser cristiana. Terminado el acto le dice al padrino: - déme la vela para ponerla en un rincón- solo que cuando se inclina para poner la vela en el rincón, no ve un morrocoy que estaba en ese rincón, colocándole la vela en la espalda. Los padrinos y padres de la niña rieron toda la tarde al ver el morrocoy pasearse por la sala con la vela encendida.


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MABUELA HIERBATERA


      Hoy día, las abuelas son muy modernas, cuando el nieto o la nieta se enferman llaman al médico de la familia o van a las clínicas. Las abuelas de mi barriada pertenecían al club de las abuelas especiales; tenían remedios caseros infalibles, “Mabuela”  era una de ellas.  Muchas veces,  vi llegar personas buscando a EUSEBIA – (así se llamaba Mabuela) - , para que le prepararan una bebida con hierbas y cosas aromáticas que servían para limpiar la sangre de las mujeres y así poder salir embarazadas. Era muy famosa por ese tipo de bebidas en botellas  de un litro.

Mis hermanas al igual que muchos niños y niñas de la barriada tenían lombrices, “Mabuela”  preparaba una toma con ajo que evitaba que las lombrices subieran a los oídos, garganta, nariz y sobre todo al cerebro. Aimara (mi hermana)  esta viva, gracias a esa toma. Fue un día que tenía fiebre alta y la vieja exclamó: - ¡Las lombrices la están matando, vienen en tropel pa´rriba ¡ -.Ya habíamos perdido una hermana por la misma situación.

    Pocos remedios he visto donde se utilice el tabaco, “Mabuela” agarraba un pedazo de hoja, la masticaba o la mezclaba con chimó y la colocaba sobre una cosa llamada NACÍOS, -pasados unos días,- se reventaba sacándole una cosa blanca endurecida que llamaban: RAÍZ.  A mi me salió en una parte que no puedo decir……
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 Para el dolor de oído: El aceite con ajo machacado.
 Para las quemadas: La zábila,
 Para dar ánimo: La sopa de pichón.
 Para sacar el sarampión: El guarapo de  la  flor del caujaro y la bostae´vaca con      leche.
 Para la gripe: El macuto de alcanfor.
 Para los tobillos hinchados: El tallo del cují joven.
 Para la papera: La hoja de tártago con mantequilla.
 Para la diarrea: La concha de la granada.
 Para el sudor: Un limón.                                                                                      

                                                                                                   
 Para las hemorragias: El café.
 Para las picadas de cacuro o cigarrón: El orine con barro.
 Para los cayos: cenizas del fogón.
 Para las picadas de alacrán: Las tripas del mismo alacrán.
 Para el hipo en los bebes: Un hilo en la frente.
 Para la lechina: El agua de ratón con la sibidigua morada y jabón azul.
 Para la picazón: Almidón con cocuy.
 Para las gallinas con viruela: La sipa.
 Para las lagañas en los ojos: Las semillitas de la planta dormidera.
   




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EL CASTIGO DE MABUELA


      Quienes recuerdan a  sus abuelos saben que ellos podían pasar de la ternura a la fiereza en unos segundos. Bastaba que sus hijos o nietos hicieran algo que para ellos fuera malo. Todo comenzaba con una mirada fija y punzante a nuestros ojos y si no hacíamos caso, venía la advertencia con un grito; si no hacías caso, llegaba la pela. Para ello existían instrumentos de castigo, como por ejemplo: El rabo de Raya, que a parte de servir de látigo, dejaba una picazón aun después de recibir el fuetazo; las alpargatas y las escobas también servían para castigar como también, algún utensilio de cocina: Las cucharas o el remillón que era utilizado para percutir nuestras cabezas. O simplemente, no le daba comida ese día.

      Lo cierto es que en estos hogares de la barriada  reinaba  el respeto por las personas adultas, el don de la palabra empeñada, había castigo por nuestras conductas inadecuadas. Pero existía sobre todo se respeto por el orden jerárquico de la familia: mamá, papá, abuela y el abuelo.

      “Mabuela” reprimía un muchacho chismoso, un muchacho pedilón, un muchacho que agarraba algo sin permiso, un muchacho llorón, un muchacho cagón, un muchacho pendejo o que le gustara estar desde bien temprano en la  mañana, en la calle.

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MABUELA Y SUS NIETOS

Cantos de Arrullos:
   Los consentidos de “Mabuela” eran sus nietos y nietas, inclusive creando disgustos entre las hijas y ella. Pero quiero relatar ciertos hechos que eran comunes entre las abuelas. Por ejemplo: dejan de dormir por ocuparse de sus nietos y nietas cuando estaban enfermos. La manera de tranquilizarnos era con cantos de arrullos, agarraban la cabuyera del chinchorro y cantaban la más bonita canción que haya escuchado en mi infancia:

DUERMETE NI NIÑO
DUERMETE ME YA
QUE YA VIENE EL COCO
Y TE COMERÁ.

DUERMETE MI NIÑO
QUE TENGO DE HACER
LAVAR LOS PAÑALES
Y SENTARME A COSER.

                Melodía muy parecida al Himno Nacional “Gloria al bravo pueblo”, y cuando estábamos calmados, casi dormidos lo cantaban silabando  en onomatopeya:

NA, NA NÁ, NA, NA, NA
NA, NA ,NÁ ,NA ,NÁ…..
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Y cuando estábamos profundamente dormidos, hacían lo que en el  canto llamamos: “Boca cerrada”.

JU, JU, JÚ, JU, JU JU………
              
Gracioso era cuando nos dolía algo y llorábamos más por malcriados que por el mismo dolor,  cantaban diciendo:

TE VOY A COSEL CULITO
CON UN ALAMBRE FINITO
TE VA A DOLER UN POQUITO
PERO TE VA A QUEDAR SEGURO.

Otra canción  de su repertorio era:

 SANITO, SANITO
 LAVATE EL CULITO
 BEBETE LA  AGUITA.

La Protección

       En La Vela es muy frecuente que la gente tenga “gripe”,  2 ó 3 veces al año. Antes era igual, solo que “Mabuela” tenía una protección contra ese mal. Era una bolsita hecha con tela donde le colocaban una pastilla de “Alcanfor”, cosiéndola por todos los extremos; se colocaba por la parte interna de las camisas o franelas a la altura del cuello.

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 Ese protector gripal se llamaba: MACUTO. Lo curioso, si la tela era de color rojo, había más protección, también le colocaban una PEONÍA, incrustada  en oro y una mano de azabache empuñada. Otras le colocaban hasta las imágenes del santo de su devoción.



La Bendición

         En la actualidad, nuestros hijos, sobrinos y  nietos piden la bendición en plena carrera y casi siempre la palabra se escucha recortada: sión mamá, sión buela y nunca esperan la respuesta. Peor aún hay niños y niñas que no piden la bendición.

         Para pedir la bendición  a “Mabuela”, había que acercarse y colocar las manos juntas como si estuviéramos orando y lo más importante, había el contacto de sus manos en el rostro de sus nietos e hijos.    Decíamos: bendición y ella nos respondía:- Dios me lo bendiga,- mientras nos hacía la señal de la cruz en la frente. Eso era con todos, hasta los adultos…                                                                                  




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EXPRESIONES DE MABUELA

      Muchas de estas palabras y expresiones las utilizan  en todo momento nuestras abuelas, sobre todo las abuelitas de la sierra colinense. Cuando las decimos no nos percatarnos que son acentos y modismos que en el transcurrir de los tiempos han perdurado con nuestros abuelos e inclusive nos identifican como región.

Me duele el cuadril.

Me duele la caja e´cuelpo.

Me duelen las coyunturas y los arretes.

Que le pasa a ese muchacho  que viene atisnao.

Esta arepa salió pandea.

Esta pared tiene juraco.

Esta muchacha tiene un follisque con fulanito

El finao  Pedro.

Agua de mái pelao.

Lo que queda es cache.
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Esa Auyama esta chaute.

Necesito mas rejo é leña.

Andás  zarutaco.

Carajo, andás almidonao.

Pareces un patiquin.

Tá pringando.

Ese muchacho si es lambío.

Los aguacates, lo mayugaron.

Se me subió la comía a la ollita.

Pasame el tronche.

Tulio, siempre dejando la mascá  en la ventana.

Me dio un Vahío….




































viernes, 4 de enero de 2013




DESFILE LOCOS DE LA VELA . AÑO 2012


EL PASADO VIERNES 28 DE DICIEMBRE DE 2012, SE REALIZÓ EL DESFILE DE TRAJES DE LOCOS EN LA POBLACIÓN VELEÑA- TRADICIÓN CENTENARIA- ESTE AÑO SE CONFECCIONARON MUCHOS TRAJES DE DIABLADAS, MOTIVADO TAL VEZ POR LA DECLARACIÓN DE LA UNESCO AL INGRESAR A LOS DIABLOS DANZANTES DE CORPUS CRISTI A LA LISTA REPRESENTATIVA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD . SIN EMBARGO SIEMPRE ASOMBRA EL INGENIO DE NUESTROS CULTORES VELEÑO A LA HORA DE DISEÑAR SUS TRAJES EN ESPECIAL LOS LLAMADOS MONUMENTALES.
 REALIZADA LA TRADICIONAL MISA, COMENZARON CON EL DESFILE EN LA PLAZA CENTRAL DEL MOMUMENTO A LA BANDERA PASEO GENERALÍSIMO  FRANCISCO DE MIRANDA.
LA TRADICIONAL MULTITUD DE PERSONAS RODEABAN LA PLAZA EN ESPERA DEL DESFILE.
LA COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA FUNDACIÓN SANTOS INOCENTES LOCOS DE LA VELA LUCÍAN  SUS UNIFORNES, QUE LOS IDENTIFICABAN.